Pero si la sal
se desvaneciere, ¿con qué será
salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los
hombres” Mateo 5:13.
La sal bien
conocida de la vida diaria ¿Por qué la usa el Señor Jesucristo para describir
el carácter de Sus seguidores? La sal
era un cuadro de juicio. La esposa de
Lot fue juzgada por Dios. Se convirtió
en una estatua de sal a causa de su desobediencia. Cada uno de nosotros debemos juzgarnos antes
que Dios tenga que hacerlo 1ª Cor. 11:31,32.
La sal era una parte importante de los sacrificios del
A.T. Levítico 2:12,13.
La sal
también se vincula con un pacto. Se
refiere al pacto perpetuo de sal delante del Señor. En las tierras de la Biblia un pacto o acuerdo
era sellado por ambas parte saboreando juntos la sal 2ª Crónicas 13:5. Hoy, Jesús hace un pacto con el hombre Lucas
22:20; Hebreos 9:20.
La sal tiene
poder para sanar y limpiar 2ª Reyes 2:19-22; Ezequiel 16:4. Se la relaciona para sanar las heridas del alma Isaías 61:1. Por lo tanto las vidas de los creyentes deben
tener una influencia sanadora en las personas 2ª Timoteo 4:1-5. Cuando el Señor
venga para llevar a Su pueblo al cielo, el Espíritu Santo partirá junto con la
iglesia, este pobre mundo se descompondrá totalmente en lo moral, espiritual y
político 2ª Tes. 2:5:12; Mateo 12: 43-45.
Hoy los creyentes deben vivir en una manera sana y limpia en medio de
esta corrupción.
Nuestras
vidas y conversaciones deben ser atractivas a los incrédulos, para darles
hambre y sed para que conozcan de
Jesucristo personalmente.
Desearan el gozo, la paz y la satisfacción que los creyentes disfrutan
Colosenses 4:6.
Pero hay una advertencia también. La sal puede perder
su sabor, lo salado. Algunos creyentes
dejan de ser como sal, porque ha perdido su primer amor para Cristo Apocalipsis
2: 4; 3:16. Los creyentes se apartan del
Señor y llegan a ser inútiles para Dios y los hombres.
El versículo
del encabezamiento lo dice para todos los creyentes, los que depositaron su fe
en Jesús, se arrepintieron y aceptaron a Jesucristo como su Salvador. ¿Entonces qué pasará con los que no creen,
Los que nunca tienen el sabor de la vida eterna? Tendrán un juicio Romanos 1:18.
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