martes, 20 de enero de 2009

¿NADIE ME VE?

LOS OJOS DEL SEÑOR ESTÁN EN TODO LUGAR, MIRANDO A LOS MALOS Y A LOS BUENOS (Proverbios 15.3).

Según se cree, el avestruz tienen un comportamiento tonto; en presencia de un peligro, esconde su cabeza en la arena, como si al no ver a nadie se alejara toda amenaza.
Pues bien; muchos humanos nos recuerdan a esa ave. Estas personas también tapan sus oídos para ignorar que Dios por medio de la Biblia habla seriamente a sus conciencias, sí, seriamente pero con amor y misericordia.

Dios pedirá cuentas a todo individuo normalmente responsable. ¡No creamos que el juicio divino nunca se ejecutará porque aún no se ha manifestado! La palabra de Dios declara “ESTÁ ESTABLECIDO PARA LOS HOMBRES QUE MUERAN UNA SOLA VEZ, Y DESPUÉS DE ESTO EL JUICIO” (Hebreos 9:27).

Dios nos invita a ser humildes y honestos ante Él. Saquemos la cabeza de la arena, tomemos conciencia de que Dios nos ve culpables y que es inútil esconderse como lo hicieron Adán y Eva en el paraíso “...Y NO HAY COSA CREADA QUE NO SEA MANIFIESTA EN SU PRESENCIA; ANTES BIEN TODAS LAS COSAS ESTÁN DESNUDAS Y ABIERTAS A LOS OJOS DE AQUEL A QUIEN TENEMOS QUE DAR CUENTA” (Hebreos 4: 12-13.
Para ser salvos es necesario arrepentirse y poner la confianza en Jesús, el único Salvador. Confiese sus pecados a Dios, crea en Jesucristo que por amor se sacrificó en la cruz, para que usted fuera salvo.

Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, qué maravillosa paz tenemos con Dios; Él la ha hecho y es quien la da.

LA VOLUNTAD DE DIOS

LA VOLUNTAD DE DIOS
“Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” (Marcos 14:36).

Desde antes de venir a esta tierra, el Señor Jesús estaba dispuesto a someterse a la voluntad de Dios. Dijo:”He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hebreos 10:7; Salmo 40:7). “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38).

Tomó el lugar determinado por Dios y se humilló a sí mismo. También sufrió el menosprecio de los hombres de aquella época. En ese camino el Señor fue hasta la cruz, siendo hecho maldición por aquel cuya voluntad vino a cumplir.
Renunció a todo lo que podría haber sido su deseo. De antemano sabía que sería abandonado, incluso por sus discípulos, y aceptó todo esto. Su padre tan solo permaneció con él hasta el momento que tomó nuestros pecados. Finalmente lo abandonó. Esto fue lo peor para el Señor Jesús. Pero se sometió a ello porque no había otro medio para salvarnos. Dios así lo quiso (Salmo 22:1).

A nuestro Salvador no le fue concedido ningún alivio o ayuda. En esa hora sólo le quedó la fuerza de su amor por su Padre y por la humanidad. Resistió hasta que pudo exclamar: “Consumando es”. Había cumplido la voluntad de Dios en todo (Juan 19:30).
Amigo que lee estas palabras, tome conciencia de su pecado, acepte por fe el sacrificio que Jesús hizo por usted, arrepentido de sus pecados acepte a Cristo como su salvador, y en adelante pida ayuda a Dios para cumplir su voluntad. En la Biblia encuentra todo el mandamiento Divino para rendirle loores, con agradecimiento y adoración por haber expiado nuestros pecados (2ª Timoteo 3:16).

¿QUÉ HARE DE JESÚS, LLAMADO EL CRISTO?

(Mateo 27:1al 31 – Marcos 15:2-5 - Lucas 23: 3-5 -Juan 18: 33-38)
Cuando Pilato estuvo ante Jesús, tuvo la oportunidad de escuchar cuatro voces. Desgraciadamente, escuchó la que no debía.

* Pilato, al igual que usted, tenía dudas y quería saber quién es Jesús y qué es la verdad, entonces escuchó la voz de Jesús: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (Juan 18:33-38).
* También escuchó la voz de su esposa, quien le dijo: “No tengas nada que ver con este justo” (Mateo 27:15-19). Dios, de alguna manera, le había revelado quien era Jesús. De igual manera usted ha escuchado de Él.
* Una tercera voz que escuchó fue la de su propia razón: “Yo no hallo en él ningún delito” (Juan 18:38). Para usted. ¿Su propia mente no razona y le dice quien es Jesús?
* Y una cuarta voz que él escuchó fue la de la multitud, que le decía “Sea crucificado” (Mateo 27:22-23). Desafortunadamente, esta fue la voz que él no solo escuchó sino que obedeció.

Hoy el mundo al igual que aquella multitud sigue clamando ¡Fuera con este!, no oigas de Jesús, la Biblia fue escrita por hombres, permanece fiel a tu religión. Las tres primeras voces le hablan acerca de Jesús como la verdad, el justo y en quien nunca hubo delito alguno. La cuarta voz le habla acerca de rechazarlo ¿Cuál de estas voces escuchará y obedecerá?

Lector, le aconsejamos oír la primera voz, junto con este llamado para su salvación “Arrepiéntete de tus pecados, pide perdón ante Dios y recíbeme como tu Salvador” Puesto que fue aquel que derramó su sangre por amor a la humanidad, para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. La decisión es suya. ¿Qué hará de Jesús?

SER UN DISCÍPULO DE CRISTO

“Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19.)

Cuando Jesús dejó la orden de ir y hacer discípulos se refería a hombres y mujeres consientes que deberían arrepentirse de sus pecados; hacer una verdadera conversión, confesar que Cristo murió en la cruz por ellos, y aceptarlo como su Salvador. Esto define ser un discípulo (Mateo 3:8; 1ª Corintios 2:2). Luego el bautizarse en agua por inmersión es un testimonio público, apartado del mal, caminando en dependencia de Dios. Además esta señal significa: morir al mundo para estar unido a Jesús, afirmando que Dios es su Padre, que Jesucristo es su Salvador y que el Espíritu Santo es su guía en la verdad de la palabra.

El hecho de bautizar a un niño con un poco de agua rociada en la cabeza no garantiza la salvación de una persona. Cuando el niño está siendo bautizado, no es consciente de su pecar, por lo tanto no es capaz de declarar su verdadera fe en Cristo para el perdón de sus pecados y en tal estado es imposible llegar a ser un discípulo de Jesucristo ¿Cómo se lo evangelizaría para su arrepentimiento, si es un niño? ¿Para qué se lo bautiza, si Jesús dijo que "de los tales es el reino de Dios"? (Colosenses 2:8; Efesios 4:14; Marcos 10:13-16).

En cambio, Dios si quiere que usted consciente de sus muchos pecados se arrepienta, por fe confié en el sacrificio de su Hijo, clamando perdón y en adelante hable de Jesús diciendo: que en la cruz derramó su sangre para el perdón de sus pecados, quien ahora es su Señor (Romanos 10:9-10).
Tenga en cuenta que en el momento de aceptar a Cristo como su salvador, viene hacer bautizado con el Espíritu Santo; luego se bautiza en agua. En adelante, leer la Biblia lo capacitaría no solo en el conocimiento de la palabra, sino para practicarla e ir "y hacer discípulos a todas las naciones bautizandolas..." (Mateo 28:19; Marcos 1:8;2; Efesios 1:13; Timoteo 3:16,17;).

CRISTO LA ROCA DE SALVACIÓN

“De la Roca que te creó te olvidaste; te has olvidado de Dios tu creador” (Deuteronomio 32:18)

El hombre ha fundado sus ideales en sí mismo, siempre quiere depender de sus propios esfuerzos, no quiere obedecer a Dios. La Biblia, nos muestra que todo fundamento se basa en Jesucristo. Desde la antigüedad Dios siempre quiso mostrar a través de figuras, como la roca; que Cristo era la salvación del hombre. El pueblo de Israel cuando caminó en el desierto, bebieron del agua que salía de la peña, figura de Cristo y de su Palabra. “Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1ª Cor: 10:4).
Cuando Jesús se presentó en el mundo dijo que Él era la Roca. Pedro sería una pequeña piedra puesta sobre la Roca y se le daría las llaves del reino de los cielos, es decir la predicación del evangelio “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca (Cristo) edificaré mi iglesia;… Y a ti (Pedro) te daré las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:18,19).

Dios no edificó su iglesia sobre Pedro, un hombre pecador; sino en Cristo “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Jesús para ser cabeza de la igleía, tenía que morir (Efesios 2:20-22; Mateo 21:42).

Lector si usted, como Pedro, quiere ser una pequeña piedra para Cristo, pida perdón, arrepiéntase de sus pecados y acepte su muerte de cruz. Así Cristo sería su Roca, Salvador y fortaleza; de lo contrario sería “…Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados” para ir al infierno (1ª Pedro 2:6-8). La iglesia del Señor no es el edificio de reunión, sino todo el que está en Cristo