Muchos son
los picos y el relieve en las montañas que llevan muchas veces nombres divinos
que no los podemos evitar, pues el hombre siempre inventa cosas que le parece
bien, como el titulo de este mensaje. Pero es de mucho cuidado, pues Dios habló
fuerte y se tomó la molestia de escribir con su propia mano ¿En qué ocasiones?
Primero cuando dio la ley a Moisés en el monte Sinaí, grabada en las tablas de
piedra por el dedo de Dios. Era una ley
exigente; mostraba lo que Dios esperaba de su criatura y le decía: “haz esto, y
vivirás” Levíticos 18:5; Lucas 10:28.
Pero el hombre nunca pudo, ni podrá cumplir la ley, porque “los
designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley
de Dios, ni tampoco puede” Romanos 8: 7.
En la sala
de banquetes del rey Belsasar se utilizaban en cosas desagradables los vasos de
oro que habían sido robados en el templo, se adoraba a los ídolos y se burlaban
del Dios verdadero. De repente los dedos
de una mano escribieron en la pared: “Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin…
Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto” Daniel 5:5, 26,27.
Entonces, con el mismo dedo de Dios
anunció el juicio. Mucho más tarde,
Dios, en la persona de su Hijo, que descendió a la tierra y estuvo en medio de
su pueblo. Un día los judíos le trajeron
una mujer que había sido hallada en adulterio.
Esta mujer merecía la muerte, pero Jesús no la condenó. Se agacho y escribió con su dedo en el suelo
Juan 8:6. La ley había sido dada por
Moisés, pero Jesús traía la gracia y la verdad
Juan1:17. Quizás esa fue la
palabra que escribió en el suelo, o las de Mateo 9:13 “Id, pues, y aprended lo
que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos sino a
pecadores, al arrepentimiento”.
Hoy todavía
es el tiempo de la gracia para usted querido lector. ¡Crea en Jesús, acéptelo
como su salvador; un arrepentimiento serio por sus pecados que, al clamar con
su propia boca perdón, entonces sus pecados por más graves que hayan sido serán
borrados; así Dios escribirá con su dedo
su nombre en el libro de la vida! Y no será juzgado como los demás; condenados
por las cosas que están escritas en los libros del juicio Hebreos 10: 16,17;
Apocalipsis 21:27.
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