sábado, 14 de diciembre de 2013

PODER PARA PERDONAR Y SANAR Mateo 9: 1-8 Marcos 2:1-12 Lucas 5: 17-26

   Hubo un paralítico sobre su lecho. Unos amigos querían ayudarle, y entonces le llevaron sobre su camilla a la casa donde Jesús enseñaba.  Como no podían entrar subieron por las escaleras al techo de la casa.  Hicieron una abertura y bajaron al hombre colocándolo delante de Jesús.  Creían que él podría sanar a su amigo y que lo haría. Jesús vio la fe de ellos.  ¿Cómo? Él ve el corazón de cada uno. Sabe si realmente confiamos en él.   Creían que la primera necesidad del hombre era un cuerpo sano. 

    Pero Jesús vio la necesidad más profunda: el perdón de sus pecados.  Dio atención a lo más importante y dijo, ¡Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados! Todos los pecados perdonados qué regalo más precioso.  Algunos maestros de la ley habían venido desde Jerusalén para investigar a este nuevo Maestro, Lucas 5:17.  Decían dentro de sí: Este blasfema.  “Sólo Dios puede perdonar los pecados”.  Jesús sabía los pensamientos de ellos Salmo 94:11; 139: 2.  Él sabe todas las cosas así que nadie puede esconder de él ni un solo pensamiento. Él lee nuestras intenciones como un libro abierto. Entonces les hizo una pregunta importante.  ¿Qué es más fácil, decir: “Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?” Algunos pensaron que era difícil decir: estás perdonado. A otros decirle levántate.  ¿Qué fue más fácil para Jesús, sanar un cuerpo o un alma? Para poder Jesús sanar a un cuerpo sólo tenía que decir una palabra ¡Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa!, e igual para perdonar.  

  Pero aquellos maestros de la ley no contestaron. Se quedaron en un silencio caprichoso y frío de incredulidad. ¿Usted lector también se va a quedar como ellos, o se identifica con el paralítico?  Arrepiéntase y clame perdón, acepte a Jesús como su Salvador; porque él tiene poder sobre la tierra para sanar (perdonar) los pecados y si en su cuerpo algo le afecta, clame sanidad con fe.   Jesús es Dios Él lo sana ¡Le costó la vida! Fue un precio muy caro, tenía que pasar por un sufrimiento enorme para salvarnos, pero el amor lo llevó a morir. ¡Si no buscamos perdón aquí en la tierra jamás podemos ser perdonados en el infierno! ¿Qué espera?

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