Hoy en el
siglo presente todos nos llamamos cristianos,
esto es una falsedad. Este título se lo atribuye a todos los perseguidos
por creer en Cristo (Hebreos 11: 37-38). Si alguien declara ser cristiano debe
ser consciente de que lleva el nombre de Cristo. En los evangelios encontramos que no todas
las personas pertenecen al Señor, a las
cuales Jesús tendrá que decir un día “Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
Para ser
cristiano no se necesita ser bautizado y figurar en un registro de una
comunidad cristiana. Dios no consultará esos
libros, al contrario, cuando haga
comparecer a todos para rendirle
cuentas, Él tiene anotado todas las
fechorías de los hombres en sus libros para juzgarlos, a cada uno le
dirá lo suyo para ser lanzados al lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). Para
que un recién nacido pueda llevar un apellido es necesario que su filiación sea
inscrita en el registro civil. La Biblia
nos enseña que para formar parte de la familia de Dios es necesario un nuevo
nacimiento espiritual, tomamos un nombre nuevo (Juan 3:7; Apocalipsis 2:17).
Nuestro nombre podrá figurar en el Libro de la vida, ese registro eterno del
cielo en el cual Dios inscribe a todos los que creen en su Hijo y lo aceptan
como su Salvador personal. Ellos, y sólo
ellos, tienen “potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12; “...y no
vendrán a condenación” Juan 5:24.
Cristiano es
estar amparado en la obra de Jesucristo.
Alguien es cristiano no porque sea
religioso, las obras no lo salvan (Efesios 2:8,9; Prov. 21:27), sino porque
recibió a Cristo como su Salvador, arrepintiéndose de sus pecados y lo reconoce
como el Señor de su vida.
Esta será su
identificación, y tendrá que ser rechazado, ya que al hablar de la verdad del
pecado, la gente no lo aceptará y lo apartará de la sociedad. (Hechos 20:21; 1ª
Pedro 4:3). Haga la prueba sea un
verdadero discípulo de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario