martes, 24 de diciembre de 2013

MISERICORDIOSO Y CLEMENTE ES EL SEÑOR Salmo 103:8



   La misericordia divina se parece a una cuerda tendida a nuestra miseria. Quizás usted no sabe que se está ahogando; lucha por salir de las garras del alcohol, de la droga, o de un vicio.  Mientras la cabeza salga del agua parece que sus esfuerzos valen la pena, pero en cuanto vuelve la recaída, usted se hunde.  Necesita ayuda, y esa ayuda existe.  Dios se la ofrece.  Jesús en su desespero porque tenía que pasar por la muerte “se apartó de ellos a distancia como de uno tiro de piedra; y puesto de rodillas oró diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa… Lucas 22: 41-42. 
   Vino a tomar nuestro lugar aceptando ser condenado por Dios, en la cruz sufrió la ira de Dios contra nosotros Romanos 5:8.  Nadie podía compartir esa condena ni ayudarle a escapar de ella. En el huerto de Getsemaní el Señor se alejó de sus discípulos para aceptar ser hecho pecado por nosotros en la cruz.  “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? Juan 18:11.  “¿Dios mío, Dios mío por qué me has desamparado?”Mateo 27:46.
     Una vez pagada la deuda por nuestros pecados, Jesús exclamó: “Consumado es” Juan 19:30.  Entonces todo cambió. La justicia de Dios fue satisfecha definitivamente, su Hijo la pagó; así el que cree y se arrepiente clamando perdón, está en paz y en comunión con su Salvador.  La cuerda para usted está tendida ¿Por qué no  se agarra?  ¡Tómela sin tardar! Pues el resucitó y vendrá a tomar cuentas y en ese momento nadie se escapará, pero si lo recibimos  como nuestros Salvador, él lo separará antes de aquel Juicio para decirnos: “Paz a vosotros” Juan 20:19.  ¡Estas salvado!
    Misericordia de parte de Dios: Clemencia para no dar  castigo a un adversario o a un violador de la ley; Bondad y gracia de Dios para con el hombre (Sal. 17:7; 26:3). Su Virtud ejemplo para compadecernos del dolor ajeno (Mateo 18:24-27). Ahora de parte nuestra a los demás: Mateo 5:7; Santiago 2:1-13.

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