Salvación

domingo, 28 de diciembre de 2014

LOS FALSOS PASTORES




 “Porque Dios me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa,  y si se reúne cuadrilla de pastores contra él,  no lo espantarán sus voces,  ni se acobardará por el tropel de ellos;  así el Señor de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion,  y sobre su collado” (Isaías 31:4).

 Esta historia se asemeja al tiempo actual. El león y el cachorro son el diablo y sus demonios que se lanzan sobre el hombre.  La cuadrilla de pastores son los actuales falsos pastores,  que no pueden hacer nada contra Satanás, antes le ayudan a destruir las ovejas.  Únicamente Jesús descendió a la tierra y triunfó sobre el diablo para salvar del infierno al hombre pecador (Juan 10: 10, 27, 28).
  Bien hablo Dios de los falsos pastores: ¡Ay de los pastores de Israel,  que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura,  y os vestís de la lana;  la engordada degolláis,  mas no apacentáis a las ovejas.” Ezequiel. 34: 2, 3.  Pedro predijo de ellos: “Pero hubo también falsos profetas  entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras,  y aun negarán al Señor que los rescató,  atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones,  por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas…” (2 Pedro 2:1-3).
 Jesús llama a quienes asisten a los grupos  que tienen un pastor humano, a que “...Salgamos,  pues, a él, fuera de ese campamento”, para que solo Jesús y no otro sea el centro de reunión y adoración de la iglesia (Hebreos 13: 12,13; Apoc. 3:20); quien dijo: “Yo soy el buen pastor;  el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10: 11), o reunidos en casa con su familia; porque donde están dos o tres reunidos en su nombre, allí está el Señor en medio de ellos (Mateo18:20; Hechos 2: 46; 1Cor. 16:19;Filemón 1:1,2; Colosenses 4:15).
  La predicación deber ser  sin cobro alguno de dinero, como lo dijo el Señor: “de gracia recibisteis,  dad de gracia” (Mat. 10:8).  Pablo lo confirma: “¿Cuál,  pues,  es mi galardón?  Que predicando el evangelio,  presente gratuitamente el evangelio de Cristo,  para no abusar de mi derecho en el evangelio” (1 Corintios 9:18).
 

lunes, 10 de marzo de 2014

EL LADRÓN

“...El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir…” (Juan 10:1-21).
Jesús habla a los pastores de Israel, los cuales por su mal proceder son llamados ladrones y salteadores. Hoy también dice lo mismo de los falsos pastores evangélicos, católicos y de otras denominaciones, ¿Cuál es la razón de su mal obrar? Tanto por sus malos principios como por su mala conducta “Son asalariados y no les importan las ovejas” (Juan 10:12).
Con sus mentiras, solo buscan de las ovejas, el diezmo, las primicias, etc.; una ley abolida por Jesús cuando fue sacrificado en la cruz; que después de despojarlas de sus bienes son abandonadas, ya que aman más el beneficio que el oficio (2ª de Pedro 2:1-3), no les interesa su estado espiritual así vivan en toda clase de pecado, únicamente toman su dinero (1Corintios 6:9-10; Mateo 24:11, 24). No les anuncian el verdadero evangelio: - que Dios por rescatar sus almas del pecado entregó a Jesús a la muerte; para que se arrepientan, clamen perdón, y no caminen más en sus delitos y pecados - . Y ser discípulos de Cristo y no de los hombres (Mateo 28:19, 20; Juan 10: 27, 28).
Dios no quiere de nosotros que entreguemos dinero a los que predican el Evangelio (1Corintios 9:18) “De gracia recibisteis, da de gracia” (Mateo 10:8); sino que aceptemos a su Hijo como nuestro Salvador, y obedecerle en todo con amor para cumplir así con el primer y gran mandamiento. El segundo es ayudar al prójimo, predicándole el evangelio y compartiendo con el necesitado lo material “Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Hebreos 13:16); así cumplimos toda la ley de Dios (Mateo 22:36-40). Jesús en el Nuevo Testamento nos da un nuevo mandamiento de amarnos unos a otros, ayudando al pobre y no despojándolo de sus bienes (Juan 13:34; Efesios 4:28; Prov 19:17; 31:20).
Al aceptar a Cristo como Salvador entramos al verdadero rebaño, donde él es el único Buen Pastor (Juan 10:16). Amigo lector, lo invitamos a que se acerque al único y suficiente Salvador y Pastor, a Jesús, quien dijo: “...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia...” (Juan 10:10, 11). Los demás son ladrones, salteadores y estafadores (Juan 10: 8; Mateo 7:15).

miércoles, 25 de diciembre de 2013

TRABAJAR Y PREDICAR (2 Tes. 3:6-14; Hechos 20:33-35).

Pablo como apóstol dice: “Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano. Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros. La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo... Amén”.
El servir al Señor demanda amor, dedicación y tiempo; también debe trabajar para sustentar su familia y no ser gravoso a la iglesia (1 Timoteo 5:8; 2 Cor.11:9; 12:14; 1 Tes. 2:9). Debe presentar “gratuitamente el evangelio de Cristo (1Corintios 9:18). Pablo para su sustento hacía tiendas junto con Priscila y Aquila (Hechos 18:3; 1Cor. 16:19). De sus ganancias compartía con el necesitado (Filemón 1:18,19; Efesios 4:28). Ganaba el pan con el sudor de su frente (Génesis 3: 17-19; 1Tes. 4:11,12; 1Corintios 9:6), y no se entrometía en las casas como lo dijo el Señor (Mateo 23:14). Él deja esta enseñanza a la iglesia de hoy y predijo: se levantarán lobos rapaces, que engañarán al rebaño (Hechos 20:29; Mat. 24:24; 2Ped. 2:1-3). 
Cristo a precio de sangre compro su iglesia, por lo tanto nadie tiene el derecho de exigir dinero para predicar su palabra (Mateo 10:8). ¿Quiere usted lector servir al Señor? arrepiéntase, “la sangre de su cruz” lo limpia de su pecado para ser salvo, y entregue gratis la Palabra de Dios.

LA VERDAD SOBRE EL DIEZMO

Este donativo era tomado por los sacerdotes Levitas del Antiguo Testamento. Ellos no trabajaban la tierra por estar ocupados en los sacrificios diarios de animales para el perdón de los pecados. Por otro lado las otras familias a parte de trabajar debían llevar el animal como ofrenda para la adoración a Dios; el diezmo y las primicias para el sostén de los Levitas, amparar al extranjero, al huérfano y la viuda (Hebreos 7:5; Números. 18:21-32; Deuteronomio 14:28,29; 18:1-8).
Hoy ha sido mal interpretado por quienes quieren enriquecerse a costa del hombre ingenuo y desconocedor de la Biblia. Al ofrecerse Cristo en la cruz como ofrenda por el pecado y derramar su sangre para el perdón de los pecados, toda ofrenda de animal termina al igual que el diezmo y muchas otras leyes del Antiguo Testamento; por lo tanto todo aquel que se arrepiente y acepta este sacrificio con fe, Dios no le pide otra cosa, sino una vida consagrada , dándole la gloria solo a Él (Lucas 24:46-47; Hebreos 8:13; 10:1-20; Mateo 26:26-28; Romanos 11:36). Dios si se agrada de quien ayuda al prójimo sin esperar de éste ninguna recompensa. Jesús dijo: “Dalo a los pobres” (Marcos 10:21; Hechos 20:35; Hebreos 13:15-16).
En el Nuevo Testamento se recolectaba ofrendas voluntarias, para ser distribuidas entre los mismos que padecían necesidad, lo cual es el ejemplo para este tiempo y no para ningún abusador (1ª Cor.16:1-4; 2ª Corintios Cap. 8-9). Por lo tanto no engañe, ni se haga robar exigiendo o dando el diezmo. El que quiera anunciar el Evangelio debe divulgarlo sin pedir nada. No hacer de la palabra de Dios un negocio y no vivir de los demás. (1Cor. 9:16-18; 2ª Pe 2: 1-3). Así que, quien desee servir a Dios debe trabajar para su existir, como la hacía Pablo, quien elaboraba tiendas y llevaba la Palabra gratis (Hechos18:1-3; 2ªCorintios12:14,15; Efesios 4:28).

La salvación es gratuita, del mismo modo démosla gratis; de esta manera comprobamos quien es un verdadero siervo del Señor (Mateo 10:8). “¿Cuál es, pues es mi galardón? Que predicando el evangelio presente gratuitamente evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio” (1 Corintios 9:18).

“JESÚS EL BUEN PASTOR”

El Señor Jesús dijo: “Yo soy el Buen Pastor”, tal verdadera moral fue demostrada por Él en el más alto valor cuando caminó en la tierra. “Bien lo ha hecho todo”, dijeron sus seguidores (Marcos 7:37). Él mostraba una perfecta sabiduría y un incansable amor. Sabía hablar a los humildes y contestar sabiamente a los grandes. Era dulce y fuerte a la vez, sin pecado, no tenía descanso, a todos atendía; no exigía dinero, todo la hacía por amor. 
En la Biblia encontramos muchas referencias de hombres que recibieron por el Espíritu Santo el don de Pastor, pero ellos nunca tomaron para si esta gracia. En 2ªPedro 2: 1- 3 afirma, que los hombres con la palabra de Dios por avaricia harán mercadería y muchos seguirán sus engaños. Hombres y mujeres buscan ser pastores y dicen: ¡Soy Pastor! Hoy lo han convertido en un empleo como si fuera una profesión. El apóstol Pablo dio ejemplo de ser un verdadero siervo de Jesucristo, para su sustento económico elaboraba tiendas (Hechos A. 18:3). El deja esta orden: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2ªTes. 3:10). El llevar el evangelio era una necesidad para él, siendo distribuida su predicación gratuitamente y la paga por hacerlo era no abusar de ese derecho como apóstol “de gracias recibisteis, dad de gracia (1ªCorintios 9:16-18; Mateo. 10:8). 
Otro mandato más para todos los que quieran compartir el evangelio: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:28; 2 Tes. 3:6-15). Reconocer a un verdadero Pastor es admirar al Señor Jesús. Creer que su obra en la cruz es suficiente para salvarnos y andar en sus pisadas es confiar totalmente en sus palabras que dan seguridad. Recibir a Cristo como Salvador, es querer aceptar su perdón que nos ofrece.

No llame a otro hombre pastor, apóstol o reverendo; solo al Señor Jesús se le debe el honor de llamarle el “Buen Pastor”; porque murió por nuestros pecados. Solo él da vida eterna y es al único que merece toda clase de reverencia y adoración; (Hebreos12:2; Juan10: 1al 14, 27, 28; Apoc. 1:5-6). Lector lea la Biblia en familia, no asista a sectas donde hay pastores, a ellos solo les interesa el dinero. No entregue a sus niños confiando en ellos, ni aún a los llamados sacerdotes.

EL TEMPLO.

Dios quiso habitar entre los hombres y dio la orden a Moisés que alzara una morada, un tabernáculo de reunión. Fue el santuario móvil construido por los Israelitas bajo las instrucciones dadas en el Monte Sinaí. Más tarde el rey Salomón construyó un edificio no movible. Este templo tuvo validez hasta Cristo; donde él se identificó como templo viviente (Juan 2:19,20; Apoc. 21:22), puesto que el templo de piedra no tendría valor, este sería destruido como muestra de su ineficacia (Mt.24:1,2). Después de la muerte y resurrección de Jesús, la morada de Dios sería todo creyente “Si alguno me ama guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn 14: 23). 
El apóstol Pablo, encomendado por el Señor a los que elevaban santuarios para la adoración a sus dioses les exhortó: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay,  siendo Señor del cielo y de la tierra,  no habita en templos hechos por manos humanas” (Hechos 17:24), Hoy la adoración se la puede  hacer en cualquier lugar, Jesús dijo: “Mujer,  créeme,  que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. ...Mas la hora viene,  y ahora es,  cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;  porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu;  y los que le adoran,  en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. (Jn 4: 21-24).
 Ahora el verdadero templo de Dios está en los cielos (Apoc. 15:5; 16:17) y en la tierra es toda persona que toma a Cristo como su Salvador, aquel que clama perdón y acepta que Cristo murió por sus pecados; desde ese momento es casa de Dios, sellado con el Espíritu Santo (Hebreos 3:6; Efesios 1:13).
“¿No sabéis que sois templo de Dios,  y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios,  Dios le destruirá a él;  porque el templo de Dios,  el cual sois vosotros,  santo es” (1Cor 3: 16,17). “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,  el cual está en vosotros,  el cual tenéis de Dios,  y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio;  glorificad,  pues,  a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,  los cuales son de Dios” (1Cor. 6: 19,20). Pero cuando se trata de reunirnos como iglesia (todos los salvados) pueden participar dos o tres y en sus casas como lo hacían la iglesia primitiva (Mt 18:20; Hechos 2: 46; 1Cor. 16:19; Colosenses 4:15; Filemón 1,2).              



EL PECADO DE ADIVINACIÓN



“El hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación,  ha de morir;  serán apedreados;  su sangre será sobre ellos” (Lev. 20:27).
    Dios declara que la adivinación es una mentira y que el hombre ha ideado esta práctica con el fin de engañar y obtener ganancias (Hechos 16:16-24).   Nadie puede  señalar el futuro; solo Dios conoce el destino del ser humano.  Por lo tanto, la adivinación siempre será una restricción (levítico. 19:31).
   El versículo inicial nos muestra la severidad de esta prohibición; como hoy no se puede apedrear a ningún practicante de este pecado, Dios en su gracia espera que estas personas se arrepientan o de lo contrario serán juzgadas y lanzadas al infierno. Leer las cartas, el cigarrillo, el horóscopo y otros medios de falsa adivinación se han propagado en el mundo para engañar y desviar a todo hombre de la voluntad de Dios; es más, muchos se creen profetas y dicen que la Biblia los respalda, desconociendo que eso fue en el pasado, donde si existieron los verdaderos profetas. La  profecía fue dada por los ángeles, luego por los profetas y por último la dio nuestro Señor Jesucristo (Hebreos 1: 1,2).  En la Biblia está la profecía más segura; porque es para nuestra salvación y la única que predice el futuro (2ª Pedro 1:19-21; 2ª Timoteo 3:15,16). 
   Lector, no se deje engañar de los que dicen tener profecía, ellos también utilizan la Biblia los cuales son utilizados por el diablo.  Muchos son los arrastrados a estas  sectas ocultistas, que toman a sus víctimas para estafarlas o violarlas, diciendo que son iluminados por parte de Dios.  Los que se dejan llevar por estas predicciones también están en contra de Dios.  No crea  en ésta clase de adivinos, usted ni ellos no entrarán al cielo (Jeremías 27:9; Apocalipsis 21:8). Hoy cambian la palabra de Dios para su provecho, “...las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición (2Pedro 3:16).
  Por toda la práctica anterior, pidamos perdón; aceptemos a Cristo como nuestro Salvador; porque Él murió para perdonar toda clase de  pecados. (Rom 8:1; Heb 10:19,24).