sábado, 14 de diciembre de 2013

NO HAY NADA OCULTO


“Dios juzgará por Jesucristo los secretos  de los hombres” Romanos 2:16

   Ninguno de nosotros soportaría que vecinos y familiares pudiesen conocer exactamente  todo lo que hicimos, dijimos o pensamos. ¡Qué vergüenza experimentaríamos si todos nuestros miserables secretos fuesen así revelados! Sin embargo, absolutamente todo lo que pasa en nosotros, todo lo que expresamos o hacemos, es conocido por Aquel cuya evaluación debería importarnos más que la de nuestros allegados. Además, un día tendremos que dar cuenta detalladamente a Dios, “el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas,  y manifestará las intenciones de los corazones;  y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios” 1Cor. 4:5. Los delitos no juzgados por las autoridades, y quedaron impunes, aún la de los jueces sobornados; junto con los pecados públicos prohibidos y que ahora ante la sociedad son normales, como la fornicación, el adulterio, el homosexualismo, lesbianismo, etc. 1Cor. 6:9-10, serán juzgados por Dios y expuestos para dar un  justo castigo en el día del gran juicio. También los que decretaron y aprobaron  las leyes, las que se fueron en contra de Dios; nada quedará oculto Apoc. 20: 11-15.  Hoy la tranquilidad que ofrece la religión de que Dios es amor, lleva al hombre a vivir en toda clase de pecado y  decir que como no hay que juzgar a nadie, cada día el hombre se corrompe más y más.  Lo anterior dicho es un aviso para que el hombre sin Cristo  remedie su pecado, se arrepienta y acepte a Jesús como su Salvador para no ser juzgado e ir al lago de fuego que está preparado para los hijos de desobediencia. Para que en adelante busque una iglesia de sana doctrina; dos o tres Mateo 18:20. 

   Al contrario de este concepto la Biblia enseña que los que cometen toda clase de pecado debe ser juzgado y expulsado de la comunión de cada iglesia Mt. 18:15-19; 1Cor. 5:1-13. Dios también cumple una disciplina 1Corintios 11: 27-32. Hablamos de la verdadera iglesia, no del catolicismo, ya que esta es parte de las tantas imitaciones Mt. 13: 24-30; 36-43.  

   Pero si aquel que ha recibido de veras al Señor Jesucristo  y está en el pecado, el Señor lo invita a volverse a él, como el hijo prodigo Lucas 15:32.  No tengamos por inmunda la sangre que Jesús derramó Hebreos 10:29.

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