sábado, 14 de diciembre de 2013

JESUCRISTO



“Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret… éste anduvo haciendo bienes y sanado a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.  Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo” Hechos 10: 38-39.

   Se han dicho muchas cosas de Jesús, e incluso se ha discutido su existencia hasta el punto de considerarla, a veces, como un mito. No se hizo caso de los testimonios históricos sobre Jesús. Por medio de los evangelios la Biblia presenta un cuádruple testimonio de Su vida en la tierra. El evangelio de Mateo presenta a Jesús como Rey, El de Marcos lo presenta como el Siervo de Dios, Lucas como el Hombre perfecto y Juan afirma de Jesús ser el Hijo de Dios.

  El versículo del encabezamiento presenta a Jesús como aquel que se acercaba a quienes se encontraban enfermos, para curarlos del pecado.  El es el médico divino que libera y salva, pero para ello es necesario reconocer nuestra indignidad y la necesidad de ser perdonado Marcos 2: 1-12.

   También la Palabra de Dios nos habla del apego al mal que mora en el corazón del hombre, y que lo excluye de la presencia de Dios.  Debido a su naturaleza pervertida, el hombre está destituido para siempre  “de la gloria de Dios” Romanos 3:23. Pero ahí interviene Jesús; que viene del cielo para sustituirnos y recibir en nuestro lugar el castigo de Dios debido a nuestras faltas. Murió por nosotros, pero también resucito y está vivo.  Su obra salva aun hoy a todos los que ponen su confianza en él, y les da una nueva vida, la que nos permite entrar en la presencia de Dios como hijos Hebreos 12:14.

   Lector contemple a Jesús en los evangelios y pídale que haga con usted lo que ya hizo a tantas personas.  El Señor lo está esperado, para que se arrepienta, clame perdón, y acepte a Jesucristo; porque Él, solo él, es   quien lo libera de la opresión del diablo, porque es el Salvador del mundo.   


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