miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA VERDAD SOBRE EL DIEZMO

Este donativo era tomado por los sacerdotes Levitas del Antiguo Testamento. Ellos no trabajaban la tierra por estar ocupados en los sacrificios diarios de animales para el perdón de los pecados. Por otro lado las otras familias a parte de trabajar debían llevar el animal como ofrenda para la adoración a Dios; el diezmo y las primicias para el sostén de los Levitas, amparar al extranjero, al huérfano y la viuda (Hebreos 7:5; Números. 18:21-32; Deuteronomio 14:28,29; 18:1-8).
Hoy ha sido mal interpretado por quienes quieren enriquecerse a costa del hombre ingenuo y desconocedor de la Biblia. Al ofrecerse Cristo en la cruz como ofrenda por el pecado y derramar su sangre para el perdón de los pecados, toda ofrenda de animal termina al igual que el diezmo y muchas otras leyes del Antiguo Testamento; por lo tanto todo aquel que se arrepiente y acepta este sacrificio con fe, Dios no le pide otra cosa, sino una vida consagrada , dándole la gloria solo a Él (Lucas 24:46-47; Hebreos 8:13; 10:1-20; Mateo 26:26-28; Romanos 11:36). Dios si se agrada de quien ayuda al prójimo sin esperar de éste ninguna recompensa. Jesús dijo: “Dalo a los pobres” (Marcos 10:21; Hechos 20:35; Hebreos 13:15-16).
En el Nuevo Testamento se recolectaba ofrendas voluntarias, para ser distribuidas entre los mismos que padecían necesidad, lo cual es el ejemplo para este tiempo y no para ningún abusador (1ª Cor.16:1-4; 2ª Corintios Cap. 8-9). Por lo tanto no engañe, ni se haga robar exigiendo o dando el diezmo. El que quiera anunciar el Evangelio debe divulgarlo sin pedir nada. No hacer de la palabra de Dios un negocio y no vivir de los demás. (1Cor. 9:16-18; 2ª Pe 2: 1-3). Así que, quien desee servir a Dios debe trabajar para su existir, como la hacía Pablo, quien elaboraba tiendas y llevaba la Palabra gratis (Hechos18:1-3; 2ªCorintios12:14,15; Efesios 4:28).

La salvación es gratuita, del mismo modo démosla gratis; de esta manera comprobamos quien es un verdadero siervo del Señor (Mateo 10:8). “¿Cuál es, pues es mi galardón? Que predicando el evangelio presente gratuitamente evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio” (1 Corintios 9:18).

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