sábado, 20 de noviembre de 2010

R-H UN SOLO DONANTE UNIVERSAL

En Vietnam perdieron la vida más de 50 mil soldados norteamericanos. Muchos sufrieron la perdida de piernas, brazos y horribles mutilaciones. Los soldados saben lo que es dar su propia vida y morir. Llegamos a comprender la importancia de la sangre en el campo de batalla o en los hospitales cuando los dadores dan transfusiones para salvar la vida de otros.

Esto también es verdadero cuando se necesita la sanidad y limpieza espiritual, la sangre de Cristo puede suplir la mayor necesidad humana. Jesús dice: “Esto es mi sangre de el nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:28). Pedro declara que somos redimidos “Con la sangre preciosas de Cristo” (1ª de Pedro 1:19).
Desde el Antiguo Testamento, Dios utilizó la sangre como el medio de justificar al hombre, cuando este pecaba y deseaba estar en paz con Dios, debía sacrificar un animal “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” de pecados (Hebreos 9:22).

Querido lector, es esta la sangre que usted necesita, acuda de inmediato a Cristo, quien la ofrece gratuitamente para ser justificado (Romanos 5:9), esta a tiempo, porque “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” (Hebreos 10:10). Jesús derramó su sangre en la cruz para que usted tenga vida eterna. Por favor no desprecie ni pisotee una sangre tan preciosa (Hebreos 10:29) ya que al arrepentirnos y pedir perdón somos perdonados para ir al cielo. No nos descuidemos, estemos atentos, el donante esta dispuesto; tomemos con fe de esta sangre para el perdón de nuestros pecados y caminemos en santidad antes de morir; ya que esta sangre no tiene otro fin sino el perdonarnos, santificarnos e introducirnos al cielo (Efesios 1:7; Ro 5:9; Heb 10: 19,22).

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