sábado, 20 de noviembre de 2010

ANTES DEL FIN apocalipsis 6: 1 al 20:15

El mundo terminará por que así lo ha decretado el Dios verdadero que esta en los cielos. En el libro de Apocalipsis nos muestra la realidad de que habrá “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apocalipsis 21:1).
Las escenas de su destrucción son escalofriantes: Esta corrupta tierra está lista y madura para el juicio. Las fuerzas del mal, que por tanto tiempo han permanecido vencedoras, están ahora a punto de enfrentarse a su Señor. Los instrumentos humanos y materiales de venganza ya van a ejecutar la tarea que Dios les ha asignado.
El Cordero abre los sellos, los ángeles tocan las trompetas y Dios derrama las copas de ira. Son sus juicios antes de la destrucción total de la tierra, ¿Cuál es la razón de estas calamidades? El rechazo a la persona de Jesucristo y a su obra de salvación que se llevó a cabo allí en la cruz, ya que “por medio de él” quiso “reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20).

En Apocalipsis 4:1, dice así: “...Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas...”. Lector al leer la Biblia conocerá la verdad de este juicio, esté atento y listo para ser librado, no se descuide; arrepiéntase de todos sus pecados y acepte por fe, que únicamente la sangre de Cristo lo RECONCILIA con Dios, solo así usted estará protegido y preparado para ser llevado al cielo y no vivir estos terribles sucesos. Aquellos que no aceptan esta verdad irían al lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15).
El rapto ocurrirá en el momento menos esperado, la gente desesperada buscará a sus familias y amigos (los que aceptaron a Jesús como su Salvador); y desearán estar con ellos, pero será demasiado tarde, imposible. El Señor se los ha llevado (1ª Tes. 4:16-17; 1 Cor. 15: 51-53).
El fin está próximo, no tarde mas, vaya usted también al cielo.

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