sábado, 20 de noviembre de 2010

NO TARDES MÁS

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).

Al final de una predicación un joven se acercó al predicador y le dijo: -Usted tiene razón, debo convertirme a Jesucristo… Lo haré, pero no enseguida; todavía quiero aprovechar un poco de la vida. El predicador le respondió: -¿Sólo un poco? ¡Qué falta de ambición, querido amigo! ¡Acuda a Jesús y tendrá la vida eterna, es urgente!
Quizá nuestro lector también ha oído el Evangelio, siente el peso de sus pecados, la necesidad de arrepentirse y aceptar el perdón de Dios, pero teme que tal decisión lo comprometa a llevar una vida de ermitaño, triste y sin gozo.
Usted se equivoca, o más bien, Satanás, el enemigo de su alma, trata de impedirle, mediante tales pensamientos, acudir a Jesús. Intenta retenerle aturdiéndole con placeres pasajeros que a menudo tiene un sabor amargo; y de aventuras en desilusiones, el tiempo pasa… Deténgase ahora, escuche la voz de su conciencia y la advertencia de Aquel que le dice: “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36).
Ante Dios usted está muerto en sus “delitos y pecados” (Efesios 2:1). Por esto crea en el Hijo de Dios, acepte sin tardar la vida eterna que él ofrece, arrepentido, diga soy pecador, pida perdón y reciba el RESCATE que Cristo le ofrece; ya que con su sangre pagó la deuda del pecado.

El resucitó y viene por los suyos, aproveche “las abundantes riquezas de su gracia” y ande “en vida nueva” hasta su regreso, “aprovechado bien el tiempo; porque los días son malos” (Romanos 6:4; Efesios 5:16).
Hoy es el día de salvación, no tarde más, por fe acepte a Jesús como su Salvador.

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