miércoles, 23 de octubre de 2013

MORIR A LO TERRENAL.

    “Porque la paga del pecado es muerte” Rom. 6:23.
  La palabra muerte no solo significa dejar de vivir físicamente, sino dejar de participar de la obras que el mundo ofrece: “porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,  sino terrenal,  animal,  diabólica” Santiago 3:15; Efesios 5:11.Jesús declaró en relación a lo anterior “que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere,  queda solo;  pero si muere,  lleva mucho fruto”.

    Jesucristo llevó el ejemplo, como hombre perfecto, vivió para agradar a su Padre; pero en su muerte llevó nuestros pecados Hebreos 5:9; así que, al resucitar dio mucho fruto y son todos los creyentes del mundo entero, los que clamamos perdón y lo hemos aceptamos como Salvador. La muerte espiritual es aquella que nos separa de Dios,  esta es la razón por la que Jesús vino a la tierra, “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” Lucas 19:10. El consejo de Dios es: “Haced morir,  pues,  lo terrenal en vosotros: fornicación,  impureza,  pasiones desordenadas,  malos deseos y avaricia,  que es idolatría” Colosenses 3:5. Estando “muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios 2:1 con Cristo a más del perdón, él da vida eterna.

   La humanidad continúa en su esfera infernal como si Jesús no existiese, como si su resurrección, su señorío y su próxima  venida fuesen pura imaginación.  El hombre no ha muerto al mundo, sigue unido a él en sus pecados Santiago 4:4;   “…son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición,  cuyo dios es el vientre,  y cuya gloria es su vergüenza;  que sólo piensan en lo terrenal” Filipenses 3:18,19.

   Un día toda rodilla se doblará, los que no creyeron en Jesús serán resucitados para el juicio, estarán ante Su gran tribunal Apoc.  20:1-11.  Allí en aquel lugar, las almas lamentarán eternamente el haber despreciado la gracia de Dios, su amor… esa misma gracia que  hoy se la ofrece a usted en vida.  Acepte a Cristo,  muera a lo terrenal, al pecado y Dios se glorificará en usted.



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