jueves, 24 de octubre de 2013

¿BUENAS NOCHES O ADIÓS?

Al morir un cristiano llamó a su familia y se dirigió así: Buenas noches, querida esposa. Hemos andado juntos en la prosperidad y en la desgracia. He visto el Espíritu de Dios brillar en tu rostro muchas veces. Te amo mucho. Buenas noches querida, te veré en la mañana. Buenas noches. Buenas noches, María. Tú eres nuestra primogénita. Me has llenado siempre de gozo. ¡Cuán cristiana eres, María; no olvidarás nunca lo mucho que tu padre te ha amado! Buenas noches. Buenas noches, Guillermo. Dijo volviéndose a su hijo mayor. Tu venida a nuestro hogar ha sido una verdadera bendición. Amas al Dios de tu padre. Irás creciendo en toda gracia y virtud cristiana. Tienes el amor y bendición de tu padre. Buenas noches, Guillermo.

Buenas noches, Gracia. Prosiguió. Aunque seguía Carlos quien había caído en malas compañías y había causado amargos sufrimientos a sus padres; pero el moribundo lo pasó y se dirigió a su hija más joven. Gracia, has sido por mucho tiempo una canción de alegría. Cuando hace poco, rendiste tu vida a Cristo. Buenas noches. Adiós, Carlitos. Dijo llamando al joven a su lado. ¡Qué buen muchacho eras y cuánto prometías! Creíamos que llegarías a ser un hombre muy notable. Te dimos las mismas oportunidades que hemos dado a los demás. Si hubo alguna diferencia fue en tu favor. Nos has entristecido. Has seguido el camino ancho de perdición. Has despreciado los avisos de la Palabra de Dios y no has hecho caso al llamamiento del Señor. Pero siempre te he amado y te amo todavía. Solo Dios sabe cuánto te amo. Adiós. Carlitos, Adiós. Carlitos apretó la mano de su padre y sollozando grito: Padre, ¿Por qué dijiste a los demás buenas noches y a mí adiós? Por la sencilla razón de que los demás y yo nos veremos en el cielo; más yo sé que no tengo esperanzas de verte allá. Adiós, Carlitos, Adiós. Carlitos cayó de rodillas junto a la cama de su padre y con agonía en su alma clamó a Dios, pidiendo que perdone sus pecados.

Al clamar perdón, arrepentido de todo corazón y recibir por fe a Jesús como nuestro Salvador, somos salvos; esto es entregarse a Cristo. Depender del sacrificio que hizo Jesús en la cruz, hay perdón y salvación. Lector le decimos: ¿buenas noches o adiós?



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