miércoles, 23 de octubre de 2013

EL PRIMER SACRIFICIO

    “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles,  y los vistió” Génesis 3:21.

    Luego que pecaron Adán y Eva, el pecado declaró su falta, estaban desnudos.  El Dios todopoderoso nos muestra su amor, sacrificando animales inocentes para cubrir esta falta y así, tomar el principio de perdonar al hombre a través del sacrificio de animales y el  derramamiento de su sangre para el perdón de los pecados.  Por esta causa creemos que Adán y Eva fueron redimidos Hebreos 9: 15, 22.

    Con este ejemplo comienza la gran verdad del Evangelio.  Caín y Abel lo testifican: la gran equivocación de la salvación del hombre por medio de las obras y la única verdad de la salvación por medio de la muerte de un ser inocente.  Caín, debía hacer un intercambio del fruto de la tierra con  un cordero para ofrecerlo en holocausto; no solo por sus culpas, sino para la adoración que debía dar a Dios.  Abel, no por el hecho de ser pastor de ovejas presenta el animal, sino por instrucción de Dios y de sus padres; él, en obediencia glorifica al Señor Génesis 4: 4,5. 

    Otro ejemplo de este hecho lo vemos con Abraham, por su fe, fue llevado a sacrificar a su hijo Isaac. Al mirar la fe de Abraham, Dios le dio la solución para que su hijo no muera.   Un carnero trabado en zarza aparece para el sacrificio; figura de Jesús en la cruz Génesis 22:1-13. En otras palabras Jesucristo entrelazado con una corona de espinas, sus heridas de pies, manos y costado, son las huellas de un gran sacrificio para salvar al mundo pecador. Así que cuando Juan el Bautista presenta a Jesús como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Juan 1:29, el Señor Jesucristo reemplaza  todos los sacrificios ceremoniales que el judío hacía, inútiles para la salvación Romanos 3:20-26 este sacrificio es la esencia de la salvación y adoración dada por Jesús para vida eterna  Juan 6:47-58; Efesios 2: 11-22; Hebreos 10:1-23.

    Tal vez no conocemos esta verdad, pues la religión tiene oculto el camino de la salvación, “Más  ¡ay de vosotros,  escribas y fariseos,  hipócritas!  Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres;  pues ni entráis vosotros,  ni dejáis entrar a los que están entrando” Mateo 23:13.  Qué bueno aceptar a Cristo como nuestro Cordero quien dio su vida por nosotros, Tomarlo como Salvador, arrepentirse y pedir perdón, es lo que espera Dios del mundo entero Lucas 24: 46-47; Juan 3:16.

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