miércoles, 23 de octubre de 2013

¡ISAÍAS 53 FUE ESCRITO PARA MÍ!

    Querido lector, si le propusiesen la lectura del hermoso capitulo 53 de Isaías, como si estuviese escrito para usted, ¿estaría de acuerdo en leerlo en voz alta?, pues es la voz de Dios invitándole a que lo oiga: Ciertamente llevó él MIS enfermedades, y sufrió MIS dolores; y YO le tuve por azotado, por herido de Dios y abatido.  Más él herido fue por MIS rebeliones, molido por MIS pecados; el castigo de MI paz fue sobre él, y por su llaga FUI curado.  ME descarrié como una oveja, me aparté por MI camino; mas el Señor cargó en él MI pecado.

   A menudo oímos decir: Tengo la conciencia limpia, o mi conciencia no me reprocha nada, no le hago mal a nadie.  ¿Qué es la conciencia? Es el conocimiento intuitivo del bien y del mal presente en el hombre.  Es una facultad que Dios dio al hombre, como la inteligencia, la memoria o la reflexión.  Cada individuo tiene una conciencia; cuando hace algo malo se siente más o menos avergonzado, y cuando hace algo bueno se siente contento.  El problema es que vivimos en una época en la que lo que hace unos años era considerado como malo, ahora se acepta de forma aplaudida, por ejemplo la convivencia de parejas que viven en fornicación o adulterio.  Las costumbres cambian y hemos llegado a llamar al mal bien.  De tanto vivir en un mundo que se burla de los valores morales, corremos el riesgo de dejar de reaccionar, y como consecuencia, nuestra conciencia se oscurece y se vuelve menos sensible. ¡No nos dejemos engañar! Dios no cambia, y su apreciación del mal tampoco.  Todo cuanto se opone a su voluntad revelada en la Biblia está mal, nos guste o no.  Por lo tanto tengamos cuidado; no nos confiemos únicamente de nuestra conciencia; analicemos nuestras acciones y pensamientos a la luz divina.

  Dios no puede aceptar el mal, pero también es amor.  Aborrece el pecado al mismo tiempo que ama y quiere salvar al pecador.  Por ello desea que cada uno tome conciencia de la necesidad de arrepentirse para ser salvo. ¿Por qué no acepta la realidad de su enfermedad y se acoge a aquella sanidad que nos da Jesús cuando muere en la cruz por usted?  Lea de nuevo el mensaje de Isaías 53 en su Biblia, porqué fue escrito para usted.  Dios lo bendecirá si hace una decisión de arrepentirse, suplica perdón y recibe a Jesús como su salvador.  




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