sábado, 20 de abril de 2013

EL SERMÓN DEL MONTE 3ª bienaventuranza




 “Bienaventurados los mansos,  porque ellos recibirán la tierra por heredad”  Mateo 5:5.
   Jesús por excelencia fue fuerte y manso a la vez.  La mansedumbre jamás debe confundirse con la debilidad.  No es lo mismo.  La mansedumbre realmente es fuerza que ha aprendido a someterse, como el poderoso buey enseñado a jalar el yugo en obediencia a su amo. 
    Los hombres del mundo creen que el éxito y la riqueza sólo vienen a los hombres positivos.  Ellos defienden sus derechos y aplastan a los que se oponen a ellos, obtienen el puesto de poder y control.  De los dirigentes de las diferentes religiones, clases sociales  y del común de la gente Jesús dice: “Desde los  días de Juan el Bautista hasta ahora,  el reino de  los  cielos sufre violencia,  y   los violentos  lo arrebatan” Mateo 11.12.  Jesús enseño lo contrario  “... y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así,  sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, ...como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,  y para dar su vida en rescate por muchos” Mateo 20:25-28.  Jesús era el más manso de los hombres y sin embargo el Ser todo-poderoso, se humilló en plena obediencia a su Padre.  La recompensa es “recibirá la tierra por heredad” será Rey de Israel.
  Qué hermoso ejemplo de Jesús “…Llevad mi yugo sobre vosotros,  y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;  y hallaréis descanso para vuestras almas”… Mateo 11:29. Jesús en la cruz no dijo palabras de maldición sobre los que lo crucificaban, fue manso hasta la muerte “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” Lucas 23:34.  Qué bueno que usted reciba este perdón.  Al arrepentirnos de nuestros pecados, desear el perdón y aceptar a Jesús como nuestro Salvador, somos salvos y junto con él aprenderemos la mansedumbre. La gente violenta lo crucificó, el hombre de humilde corazón lo acepta como Salvador. Los creyentes en nuestro Señor Jesucristo hoy buscamos lo espiritual.  El cielo es nuestro hogar Mateo 6:20; Juan 14: 1-3.  Esto incluye todas las bendiciones espirituales que nos pertenecen por la fe en Cristo y reinaremos con él en el milenio Efesios 1:3; Apocalipsis 2:26,27; 3:21; 20:6.

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