miércoles, 25 de enero de 2012

“¿QUIERES SER SANO?”(Juan 5:1-16)

*“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida” (Salmo 142:4).
*“La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11).

En el primer versículo Jesús pregunta. En el segundo vemos un hombre abandonado a sí mismo. El capítulo 5 del evangelio de Juan nos presenta estos dos aspectos. Cerca del estanque de Betesda en Jerusalén, muchos lisiados y enfermos esperaban la curación. De vez en cuando un ángel venía y agitaba el agua, y el primero que descendía al estanque era sanado. Alguien se acercó a un hombre enfermo desde hacía 38 años y le preguntó: “¿Quieres ser sano?” Ante una pregunta tan lógica, el hombre expresó: “No tengo quien me meta en el estanque...”. No hay quien me ayude.

Su situación parecía no tener salida, pero el que estaba junto a él era el Hijo de Dios. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo”.
Esta escena fue maravillosa para ese hombre, pero también lo es para todos nosotros. En el tercer versículo, Dios ofrece un remedio, aquella situación sin salida representa la de todo hombre que está en su miseria moral ante Él; no puede salvarse por sí solo. Necesario es que Jesucristo pase cerca de nosotros, el puede liberarnos del pecado. Él llevó sobre sí mismo en la cruz el juicio de Dios que merecían todas nuestras faltas (Marcos 15:34; 2ª Cor. 5:21). Hoy también nos ofrece su perdón a todos los que quieren ser sanados.

Al igual que este hombre, reconozcamos nuestra miseria y aceptemos de Dios la ayuda, el perdón de nuestros pecados; también se complace en curar nuestros malos pensamientos. Aún la salud física es sanada, solo necesitamos la oración con fe, clamando perdón y aceptando a Jesús como nuestro Salvador (Romanos 5:1; 10: 8-10; Santiago 5:15; Lucas 17:11-19).
Lector ¿Quiere responder sí al primer versículo?

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