miércoles, 25 de enero de 2012

“NO TENDRÁS DIOSES AJENOS…” 1º mandamiento-Éxodo20:2

“Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más” (Isaías 45:21-22).

¿A quién dirige Dios este mandamiento? A su pueblo, los hebreos, quienes algunos siglos antes, para huir del hambre, se refugiaron en Egipto. Allí pasaron a ser esclavos y trabajaron muy duro construyendo ciudades. Pero Dios vio el sufrimiento de su pueblo y lo liberó de un modo espectacular de aquella esclavitud. Conducido por Moisés, el pueblo emprendió un largo viaje hacia el país de Canaán.

Los demás pueblos estaban esparcidos adorando a sus propios ídolos. Un motivo más para promulgar el mandamiento “No tendrás Dioses Ajenos delante de mí”. ¿Qué aplicación podemos hacer hoy en día? Ahora el pueblo de Dios, la Iglesia, está formado por todos aquellos arrepentidos de sus pecados, los que aceptaron a Jesús como su Salvador. Así como Moisés fue el guía para el pueblo de Israel, hoy Jesús es el que conduce a su iglesia, al Canaán celestial, el cielo. La muerte y la resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios, fue la maravillosa solución para liberar de la esclavitud del pecado a todos los que ponen su confianza en él. Para los que colocan la fe en otros dioses como imágenes de madera, yeso, etc. artistas,… tendrán el mismo destino que tuvieron la gente dispersa en la torre de Babel; pues sin Dios tendrán un destino fatal, el infierno. Hoy cada persona habla su propio lenguaje y pone su confianza en sus propios dioses.

Dios recuerda a todos el poder que ha empleado para liberar al pecador. El Dios todopoderoso ama al hombre y desea de él, tener el primer lugar en cada corazón. Él como un Dios vivo, quiere establecer una relación con el ser humano. Podemos hacer la más fácil, tan solo creerle y aceptarle. Jesús les dice: “Creéis en Dios, creed también en mí” (Juan 14:1).

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