miércoles, 25 de enero de 2012

¿BAJO LA LEY O BAJO LA GRACIA?

“Por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20).
“El hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo”.
“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá” (Gálatas 2:16; 3:10-11).

 
Dios proponía al hombre, si obedecía a sus mandamientos, un mundo, sin corrupción; un mundo en donde triunfase la paz, la justicia, el amor… Pero, ¿qué sucede? Cada uno vive para sí, se rebela contra la autoridad. ¿Por qué? Porque el hombre, no puede cumplir la ley de Dios. “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado”. “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago”. “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí” (Romanos 7:15,21). ¿Y por qué no puede cumplirla? Por el pecado “De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí” (Romanos 7:17).
La ley de Dios condena las violaciones de los hombres (Gálatas 3:10). Pero Dios nos da una salida: refugiarnos en Jesús. Él llevó la maldición que tenía la ley que condena al hombre.
El que pertenece a Cristo tiene el privilegio de estar bajo la gracia (Romanos 6:14); entonces puede cumplir la nueva ley que Jesús ordenó por medio de la ayuda del Espíritu Santo (Romanos 8:2-4; Gálatas 2:19-20), e incluso, por amor, ir más allá. Esta ley está grabada en el corazón del creyente (Hebreos 10:16-17).
Con Cristo al arrepentirnos y aceptar con fe, que él murió en la cruz por nuestros pecados, no hay ninguna otra obra  de la ley que supere este don para salvarnos “Porque por gracia sois salvos…” (Efesios 2:8-9). 

La ley no perfecciona al hombre (Romanos 8:3; Hebreos 7:18,19).

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