miércoles, 25 de enero de 2012

LA HOSTIA O EL PAN

“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:26-28; 1ª Cor. 11:23-27).

¿Quiénes tienen este derecho a participar del pan y la copa? Todos aquellos que se arrepintieron y clamaron perdón por sus pecados y aceptan por fe a Jesús como su salvador. En el pan recordamos el cuerpo de Cristo que fue molido por nuestros pecados, él siendo perfecto cargó con nuestras culpas (Isaías 53: 3-8; 2ª Cor. 5:21).
Con la copa que contiene vino conmemoramos su muerte; sangre derramada en la cruz para la limpieza de nuestros pecados (Ef. 1:7; Col. 1: 14, 20; Heb. 9:12; Apoc. 1:5; 7:14).
Cuando Jesús habla de un nuevo pacto, cada creyente al tomar de estos dos elementos confirma y está seguro que Jesucristo murió por sus pecados; que él es su único y suficiente salvador. Ninguna obra humana se puede aumentar para la salvación de su alma, solo este sacrificio es válido “consumando es” (Juan 19:30) fueron sus últimas palabras.

La celebración de la Cena del Señor en la tierra, es un anticipo de la participación santa de las bodas del Cordero en el cielo, donde no entrará ninguna cosa inmunda (1ª Cor. 11:23-32; Apoc. 19:7-8; 21.27). “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira” (Apocalipsis. 22:15).

Todo hombre redimido, con gratitud celebra en el día domingo, primer día de la semana, ésta invitación ofrecida por Jesús, “dos o tres” como dice la escritura (Hechos 20:7; Mateo 18:20). La orden es comer de un solo pan, y beber un poco de vino, no es con varias hostias; porque Jesús dijo: que él era “el pan de vida” (Juan 6:35, 48, 50,51). Pablo lo confirma, “Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan” (1ª Cor. 10:17), examinando sus pecados para no ser disciplinado por el Señor, participa hasta que él venga (1ª Cor. 11: 26-30; 1ª Tes. 4: 16-17).
Lector, no es mentira lo que dice la Biblia, por favor apresúrese, de corazón obedezca al llamado de Jesús; porque muchos se han excusado (Lucas 14:15-24).

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