lunes, 4 de enero de 2010

QUE DICE LA BIBLIA

Cuando escuchamos la ley de Moisés, los salmos y los profetas, mensajes anteriores a la venida de nuestro Señor Jesucristo, debemos discernir a Cristo en ellos y comprender lo que éstos nos enseñan de él (Agustín).
Toda la Escritura está orientada hacia Cristo. El Hijo del Dios viviente, Cristo, es el verdadero núcleo de la Sagrada Escritura… Así la interpretación de la Escritura no debe aislar ciertos pasajes o comprenderlos independientemente de su centro, es decir de Cristo (Martín Lutero).

La Biblia no es en sí un libro de historia o de moral, sino la Palabra de Dios. Es el libro mediante el cual Dios revela sus pensamientos, su amor y su proyecto para la humanidad. Todo el plan de Dios tiene como meta destacar la perfección de su Hijo Jesucristo y la grandeza de su obra en la cruz, para la salvación del hombre pecador. Leyendo la Escritura somos, pues, inducidos a conocer mejor a esta persona, a Cristo.

Dios se reveló a nosotros a través de Cristo, quien vino como hombre entre los hombres. El amor, la humildad, la santidad, la paciencia, la disponibilidad frente a las necesidades tan variadas de los seres humanos permanecen ligados al señor Jesús, una persona que resucitó y sigue estando viva.

Al oír la Palabra de Dios alcanzamos la fe para aceptar el sacrificio de Jesucristo como el único medio de salvación. La Biblia nos dice que todos somos pecadores y necesitamos pedir perdón y aceptar a Cristo como salvador (Romanos 3:23; 1ª de Juan 1:9). Amigo lector, como no ha leído la Biblia y menos cree en ella, ella le juzgará.

Para mi es una inmensa felicidad leer la Biblia, descubrir en ella a Jesús, Mi Salvador, y así aprender a conocerle y amarle cada vez mejor; pero también quiero compartir con usted esta salvación, espero que usted haga lo mismo.

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