lunes, 4 de enero de 2010

E L D I A B L O

Nombre griego que significa Adversario, o también llamado Satán o Satanás. Fue el diablo que al principio engaño a Eva, desde entonces ha trastornado al hombre. Es el príncipe de este mundo y tiene poder sobre la mente humana (Juan 12:31; 2 Cor. 4:4; Efesios 2:2). La Biblia dice que todo aquel que practica el pecado es hijo del diablo (Juan 8:44). Así que no hay poder humano que detenga el engaño de este ser diabólico.

Cuando Jesús vino a la tierra para destruir el poder de Satanás, este también quiso tentarle, y trató de neutralizar el efecto del evangelio. Jesús en el desierto le citó las escrituras para contrarrestar sus ataques; el Señor le dijo: “Escrito Esta” (Lucas 4:1-13). Si Jesús hubiera cedido a la tentación no sería el Salvador del mundo, al igual que Adán hubiera quedado neutralizado.
Cuando Jesús nació, Satanás intentó destruirle, para que no vaya a la cruz; porque sabía que allí sería vencido (Mateo 2:16; Apocalipsis 12:1-5; Colosenses 2:15). Con su muerte, Jesús venció al que tenía el imperio de la muerte, al diablo (Hebreos 2:18) y llevó cautiva la cautividad (Efesios 4:8). Luego al resucitar el Señor Jesucristo, constituye, junto con la muerte de cruz, la base misma del Evangelio: la salvación del hombre perdido (1ª Corintios 15:3-4).

Lector, usted que tiene cegada su mente por el diablo, para que la luz del evangelio no resplandezca y viva engañado, creyendo que la religión lo salva, debe renunciar a toda forma de vida que el diablo le ofrece. Arrepentido de sus pecados, acepte a Jesucristo como su Salvador y viva en obediencia a sus mandatos, para que en adelante todos los ataques del diablo queden frustrados. No olvide que Satanás vino para hurtar, matar y destruir; pero Jesús vino para que tengamos vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Ya no siga perteneciendo mas al diablo, sea de Jesucristo; porque el final de Satán es ir al infierno eterno (Apocalipsis 20:10).

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